Si valoramos la importancia de jugar, seremos creativos exitosos y saludables.
Pocas veces los adultos le damos importancia al juego. Este nos hace volver a nuestra verdadera naturaleza, que es perfecta. Nos hace ser niños despreocupados, sin problemas y con la creatividad despierta. Donde hay simpleza y solo hay lugar para lo nuevo.
Jugar con nuestra mascota o con un niño por ejemplo, hace que nos divirtamos y generemos una química increíblemente nutritiva que levanta la inmunidad. Nos sentimos relajados por la risa espontánea que despierta al niño que tenemos dentro y que casi siempre ignoramos.
Les propongo que por un instante penetren en la mente de un niño. El tiene una energía que despierta su creatividad y su imaginación, el pensamiento innovador. Allí reside el genio.
Si deseamos avanzar en nuestra evolución, esto se refiere al éxito en todos los aspectos, económicos, de relación con otras personas, etc. debemos tener “recreo” como cuando asistíamos a la escuela. Esto es hacer descansar al cerebro para que se renueve y luego tenga más lucidez.
En el momento que jugamos, somos niños, somos auténticos.
Cuando jugamos no podemos estar  preocupados, ni sentirnos enfermos, ni apurados, ni agotados.
El juego nos torna alegres, felices. Los problemas parecen distanciarse. Nos da el permiso para ser originales y reír a carcajadas, tirarnos en el suelo y ser lo que para los adultos es “Ridículo”????
¡La vida es ridícula si es seria, si solo nos hace vivir preocupados y amargados!!!!!!!!
Nos da vergüenza jugar, bailar, cantar, no nos damos cuenta de que la vida debe convertirse en una hermosa aventura.
El niño está en nosotros y estará siempre manifestándose de algún modo. En algunos se manifiesta reclamando, siendo dependientes, débiles, miedosos y esperando la aprobación de los demás. ¡Eso sí lo vemos normal! Despertemos lo bueno del niño que a pesar de lo que le suceda, ¡Es feliz!!!!!!!!