El amor de pareja tiene su aprendizaje. Debe cultivarse como cualquier siembra, en la que necesitamos ser idóneos para cosechar lo que esperamos de ella.
Muchos de nosotros creímos que era simplemente enamorarnos y ya está, a disfrutar de sus placeres. Nada más lejos de la realidad.
¡Desde ya que hace falta el amor para comenzar una relación fructífera, si no hay semillas no habrá cosecha! El problema surge cuando pretendemos que se cultive solo, sin nuestra atención, nuestro conocimiento sobre cómo combatir la cizaña, que día a día irá quitando vigor a nuestro precioso capital.
La cizaña es el egoísmo, la posesividad, los celos, los reproches, las exigencias y finalmente algo que abarca todo, que es la lucha por el poder.
Lo que nos hace ignorantes en el cultivo del amor es el miedo. Tememos que no nos valoren, que nos engañen o que nos abandonen. Esto tiene que ver con la inseguridad.
Todos deseamos que nuestra pareja nos ame como somos, sin querer cambiarnos para moldearnos a su antojo, para que no tengamos que modificar nada. Sin embargo, pretendemos hacer exactamente lo contrario de lo que nos gustaría que hicieran con nosotros, esperando obtener un resultado favorable a nuestros deseos, pero…¿cual sería la conclusión si lo consiguiéramos? ¡Que no valoraríamos a nuestra pareja!!!!!! La encontraríamos poco interesante.
La mirada debe estar más en nosotros que en el otro. Si algo nos molesta, cultivar la aceptación.
El verdadero amor es incondicional. Si nos enamoramos de esa persona, será porque nos gustó como es. ¿Por qué habría de cambiar?
El amor requiere de seguridad en nosotros mismos y esta nos permitirá practicarlo desde la libertad nuestra y la del otro, sin anticiparnos a lo que tememos, logrando la comunicación genuina, llena de aceptación, comprensión  objetividad y sabiduría.
Cuando logramos eso, el otro también intentará hacer lo mismo.
También es importante ir adaptándonos a los cambios que la edad y las circunstancias de la vida, producen en cada uno, dando prioridad a lo que mantendrá a la pareja unida. EL AMOR.