Nosotros, perfectos ignorantes del verdadero significado de las leyes Divinas, creemos que en un estado de éxtasis, tal vez dirigidos por un gurú, o mediante la aparición de algún ser de luz, se nos revelara la misión que vinimos a cumplir en este mundo, por lo cual nuestra vida tendría   sentido. Nada más lejos de la verdad. Lo que hará que descubramos el camino a seguir es el autoconocimiento. No podremos desarrollar la capacidad que nos convierte en un ser especial, sino es esforzándonos para saber quienes somos, por lo tanto que cosas somos capaces de hacer.
En el mundo material, las personas somos diferentes, y
así también lo son nuestros oficios, profesiones etc.;
ocurre lo mismo en el mundo espiritual. Cada uno tiene
“Pasta” para algo diferente. Pero... ¿como sabremos a que nos dedicaremos si ni siquiera nos conocemos? ¿Recuerda cuando le preguntaban de niño  que iba a ser cuando sea grande? La mayoría de nosotros se dedico a otra cosa.
Uno va siendo, según va desarrollando sus aptitudes y se va “Dando cuenta”. El camino espiritual es lo mismo. Vamos siendo a medida que nos “Descubrimos” y como la misión será según la necesidad del universo, también nos iremos “Dando cuenta”.
Una vez que desarrollamos nuestra capacidad, tenemos claro cual es el camino. Siempre estará encuadrado en el servicio, ya que no es para nosotros solamente sino para que se cumpla el plan Divino que nos utilizara como mediadores para su manifestación.
Muchas personas sentimos en un momento de nuestra vida, una sensación de incompletud, de desasosiego, aunque tengamos todo lo necesario para ser felices; seguramente es porque estamos listos para emprender el camino del autoconocimiento, para desarrollar la capacidad espiritual y volcarla en quienes aun no han despertado.