El hecho de estar cómodos no significa que sea bueno. Por ejemplo, una persona grande, que  no tiene muchas ganas de salir de esa situación que vive, que no tiene trabajo, que es mayor pero no tanto como para no poder trabajar. Seguramente por la edad no consigue con relación de dependencia. Si quiere puede hacerlo por su cuenta. Cortar yuyos o vender empanadas en el parque, ¿cuál es el problema si uno quiere trabajar?
Yo creo que no es bueno estar cómodo,  no creo que esa persona sea feliz desde el momento que debe estar bastante desconforme consigo mismo, sintiéndose un inútil.
Yo creo que lo que nos hace superarnos y evolucionar, es la incomodidad. Es eso que sucede y que uno dice: “¡huy! ahora otra vez tengo que hacer un cambio”. Tengo que modificar la situación que estoy viviendo. Eso es incómodo.
El cambio necesita de la intuición y la creatividad y en ese esfuerzo por salir adelante y por pensar como solucionar los problemas crecemos, simplemente, nos superamos.
Si tenemos bien desarrollada nuestra intuición, vamos a saber  perfectamente que camino a transitar y cómo hacer para tomar de una situación adversa lo que nos sirve, que nos está indicando un rumbo a seguir, diferente del que estamos. Esto es para muchos una incomodidad.
Si aceptamos la necesidad de cambiar y emprendemos otra ruta, miraremos para atrás y nos daremos cuenta  de que aprendimos mucho, que nos superamos en tantas cosas que nos volvemos muy  fuertes, muy seguros de nosotros mismos.  Siempre tienen que estar instaladas en nosotros ideas positivas, esa mente que construye, que se  basa en lo nuevo permanentemente dejando atrás lo viejo, que se va desapegando de las cosas porque a veces tenemos que hacerlo. Si somos muy apegados, nos duele.
Debemos elegir la incomodidad  de esforzarnos para progresar, antes de quedarnos paralizados en la comodidad que nos hace sentir inútiles.